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Nota de LA COMUNA PRESOS DEL FRANQUISMO. Estamos en 2013, no estamos en 1977.

«Si el 1977 es pasado y el 2013 es presente y forjamos la unidad en torno el presente, entonces ¿ para qué querellarse ahora?»
Nos ahorraríamos ese y todos los debates.

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Nota de LA COMUNA PRESOS DEL FRANQUISMO.
Estamos en 2013, no estamos en 1977.
10 de octubre de 2013 a la(s) 15:55
No estamos para dividirnos sobre la interpretación en 1977 de la ley de amnistía de octubre de ese año,sino para unirnos en su interpretación de 2013.
Los tribunales españoles, el PP, el gobierno del PP y quienes aceptan su interpretación, hacen de la leyde octubre de 1977 una ley de punto final, además de incluir en ella los crímenes de genocidio y de lesa humanidad, imprescriptibles y no amnistiables según los tratados internacionales vigentes y firmados por España.
En contra de esta interpretación no solo están los organismos correspondientes de la ONU y el movimiento memorialista sino que, como estamos viendo desde hace más un año, lo están también gran número de concejales y miembros del PSOE, todos los diputados de IU –e IU como tal – y todos sus concejales con alguna excepción que los medios se encargan de destacar. Además, otros partidos parlamentarios secundan esta actitud como ERC, BNG. Amaiur, Compromís, y en gran medida PNV y, al menos, no pocos concejales de CiU. Las últimas entrevistas con gente de los grupos parlamentarios, ayer mismo, de ERC, IU, Amaiur, sigue siendo cordial, colaboradora y muy por la labor ya no solo de apoyarla querella, sino de exigir la extradición de los torturadores.
Por tanto, plantear en nuestras filas la imposición de una u otra interpretación de la ley de 1977, según la adscripción política de cada uno y según las condiciones de 1977, me parece no procedente. Lo procedente a mi entender es situarnos en 2013, fecha casualmente en la que estamos y vivimos, y mantener nuestra unidad sobre la mas lógica y democrática de las interpretaciones de que la ley de 77 no fue una ley de punto final yno encubre los delitos de genocidio y lesa humanidad, como la tortura y otros. Un buen punto común y un buen trecho para seguir trabajando juntos.
Salud.
https://www.facebook.com/notes/la-comuna-presxs-del-franquismo/estamos-en-2013-no-estamos-en-1977/470624906369557

Informe 2013 de Amnistia Internacional

En junio de 2013, Amnistía Internacional ha publicado el informe «El tiempo pasa, la impunidad permanece» que actualiza el informe anterior publicado en mayo de 2012 «Casos cerrados, heridas abiertas». En ambos informes la organización documenta la indefensión de las víctimas de la Guerra Civil y el franquismo por la tendencia continuada de los jueces españoles al archivo y la falta de investigación de los crímenes de derecho internacional cometidos durante esta época. Amnistía Internacional recuerda en sus informes el deber de España de cooperar con la justicia argentina, donde se trata la única causa abierta sobre estos crímenes en aplicación del principio de jurisdicción universal. Y reclama al Gobierno de España que cumpla con su obligación de proporcionar verdad, justicia y reparación a las personas afectadas.
Cita textual del informe.
«España parece así cerrar la última vía al esclarecimiento de los crímenes cometidos durante la Guerra Civil, por ambos bandos, y el franquismo».
Página 9 del informe ‘El tiempo pasa, la impunidad permanece’ presentado el lunes por Amnistía Internacional en su sede de Madrid.
Para que sea bien entendido sobre todo por quienes han sostenido, colaborado y apoyado este informe es como si AI aportara en sus conclusiones que quedaba cerrada la vía a la justicia de los casos de torturas de los citados periodos, tanto de los torturadores como de sus víctimas.
https://doc.es.amnesty.org/cgi-bin/ai/BRSCGI/El%20tiempo%20pasa%20la%20impunidad%20permanece%20Informe?CMD=VEROBJ&MLKOB=32461083232

ALGUNAS REFLEXIONES EN TORNO A LA QUERELLA ARGENTINA POR LAS VÍCTIMAS DEL FRANQUISMO.Por Ana Messuti

ALGUNAS REFLEXIONES EN TORNO A LA

QUERELLA ARGENTINA POR LAS VÍCTIMAS DEL FRANQUISMO

Desde la presentación de esta querella, desde la apertura de esta causa, el 14 de abril de 2010, nos hemos ocupado, los abogados que la llevamos adelante, de diversas cosas propias de la práctica jurídica: la vinculación con los querellantes, la recopilación de las pruebas, la elaboración, presentación al juzgado y ratificación de las querellas; la petición a la jueza de diversas diligencias, por ejemplo, su viaje a España para tomar declaración a querellantes y testigos, y, cuando supimos que ese viaje no era posible, la toma de esas declaraciones por videoconferencias.

Las dificultades que hemos estado y estamos enfrentando para que se concreten esas declaraciones y se continúe luego con las imputaciones pertinentes ya han sido objeto de atención por los medios. Sin embargo, esas dificultades merecen además otro tipo de atención, una atención más reflexiva, que trascienda la inmediatez de la noticia y detenga la mirada en la infinita paciencia de los declarantes frustrados y en el significado de los obstáculos que se les imponen.

Con respecto a la paciencia. Quienes trabajamos con los querellantes en esta causa, siempre les preguntamos ¿qué intentan conseguir a través de esta querella?

Hay una respuesta que pretende uniformizar la respuesta a esa pregunta y pretende connotar lo que piden todas las víctimas: verdad, justicia y reparación. Si bien son tres palabras cargadas de significado, su repetición, como sucede con tantas expresiones acuñadas para decir muchas cosas, puede ir vaciándolas de sentido, y es necesario hacer un alto en el camino y analizarlas a la luz de los hechos que se van presentando.

Una de las cosas que se ha mantenido durante el tiempo transcurrido es el silencio: el silencio impuesto, el silencio fortalecido por las amenazas, el peligro real, el miedo. Una de las querellantes me contaba que se enteró de que su abuelo había sido fusilado cuando ya tenía ella 50 años. Fue precisamente a raíz de la querella argentina: cuando su madre supo de esa querella le contó lo ocurrido y no quiso perder esa única oportunidad de denunciar el asesinato de su padre ante un tribunal.

¿Qué persigue esa mujer, ya mayor, con nietos y bisnietos, pero siempre consciente de que es hija de un fusilado, al presentarse en la querella argentina? Los responsables ya han muerto. Ya no pueden ser juzgados: por lo que no podemos decir que pida justicia, tal como suele entenderse. Sabe que la justicia argentina no indemnizará a las víctimas del franquismo, por lo que no podemos decir que pida reparación, tal como suele entenderse. Sabe cómo sucedieron los hechos, tiene documentos que demuestran que su padre ha sido sometido a un tribunal militar y condenado en un juicio sumarísimo sin ninguna garantía procesal. Por lo que no podemos decir que pida verdad.

Sin embargo, nadie podrá sostener que esa mujer no esté pidiendo esas tres cosas. Pero la verdad que pide no es la verdad de los historiadores, o la verdad, que ya bien conoce, de cómo pasaron las cosas; la justicia que pide no es la justicia retributiva, que castigará a los culpables con la pena impuesta, porque esa justicia no será posible cuando ha transcurrido tanto tiempo que cabe presumir que los culpables han muerto o, cuando no hayan muerto (como en los casos de los criminales nazis descubiertos en los últimos tiempos), jamás será proporcional al crimen cometido; y la reparación que pide a la justicia argentina no es la indemnización económica, ni siquiera la reparación de la memoria de la víctima en un país donde no ha sido agraviada. Lo que pide es decir lo que tiene que decir, y que se diga lo que se ha de decir, en el lugar donde se debe decir.

Lo primero que buscan los querellantes-víctimas es denunciar. Y denunciar es hablar, decir nuestra palabra. Mucho se ha dicho sobre la relación íntima entre derecho y

lenguaje. El derecho sirve para darnos voz, pero no en cualquier sitio. Para el derecho el lugar es determinante. Cuando vamos a denunciar la pérdida de un objeto, iremos a una oficina determinada, cuando denunciamos un accidente, iremos a otra. En los casos de los que estamos hablando, se trata de denunciar crímenes, y de los más graves. Y los crímenes han de denunciarse en un lugar bien preciso: un tribunal penal. Porque sólo ante un juez penal se puede hablar de crímenes y de víctimas.

Con respecto a los obstáculos. ¿Por qué se interpusieron obstáculos a la toma de declaraciones? Parecía que el transcurso del tiempo iba a hacer innecesario molestarse en interponer obstáculos. Y se confiaba en que el tiempo iría borrando poco a poco los recuerdos y los deseos. Para darnos cuenta de lo falsa que es esta creencia, basta escuchar a las víctimas. El crimen queda arraigado en la memoria, incluso cuando todo lo demás se ha olvidado.

Recuerdo el caso de una señora enferma de Alzheimer, que se había olvidado hasta del nombre de su hija, de que su hija era su hija, pero sabía responder muy bien qué había pasado con su padre. Cuando se le preguntaba, decía: se lo llevaron “los francos”, lo arrojaron a un pozo… (y los vecinos confirmaban lo que decía).

Cuando se interponen obstáculos injustificados, hay que preguntarse qué razones habrá para interponerlos. Mucho se ha especulado sobre esas razones, pero lo que me interesa aquí es la importancia que tienen esas declaraciones para que se las obstaculice de esa manera.

Cuando nos interponen obstáculos para que declaremos en el único tribunal que por ahora nos ha abierto las puertas, nos están diciendo que nuestra palabra importa mucho. Que lo que diremos pondrá en tela de juicio más de una cosa. Por ejemplo, pondrá en cuestión la validez misma de un sistema judicial que les ha negado incluso la posibilidad de denunciar que fueron secuestrados, torturados, asesinados, que han robado a su hijos, que los han sometido al trabajo esclavo, que, cuando se los juzgaba, los juicios eran una parodia de lo que se entiende por juicio, pero que, no obstante, concluían con una condena a muerte que no parodiaba la muerte. La validez misma de un sistema judicial que no se pronuncia sobre esos crímenes gravísimos, pero que se ocupa muy pormenorizadamente del robo de un automóvil. Un sistema que consiente que los juicios parodiados sigan considerándose parte del mismo ordenamiento jurídico que se nos obliga a respetar.

Al dirigirse los querellantes-víctimas a la justicia argentina están cuestionando y haciendo vacilar los cimientos mismos de todo el sistema jurídico que les cierra las puertas.

Puede decirse que por ello, entre otras razones, se interponen obstáculos. Las víctimas-querellantes, al recurrir a un tribunal extranjero y ampararse en el derecho penal internacional, están poniendo en marcha la jurisdicción internacional. Le están dando sentido. Nos están dando, al fin de cuentas, una lección a los juristas del mundo entero: no importa el lugar ni el tiempo: la impunidad de crímenes de tal magnitud no es admisible. Y cuando se ha dejado que el tiempo transcurra para que queden impunes, al menos en algún tribunal del mundo se debe reconocer la criminalidad del régimen bajo el que han sido cometidos, favorecidos, amparados.

Las víctimas nos están enseñando “a hacer justicia del derecho.”1

Ana Messuti

Abogada de la querella argentina

RESUMEN TALLER “NIÑAS RECLUÍDAS EN EL PREVENTORIO INFANTIL DOCTOR MURILLO DE GUADARRAMA”

RESUMEN TALLER “NIÑAS RECLUÍDAS EN EL PREVENTORIO INFANTIL DOCTOR MURILLO DE GUADARRAMA”

Ponentes: Ángela Fernández Carballeda y Alicia García Romera

Expusimos en el áula fotografías relativas a la infancia durante la Guerra Civil y el franquismo; del Preventorio de Guadarrama; de niñas internas y de cuidadoras. También del libro “Las Desterradas Hijas de Eva”. Asimismo, párrafos de los testimonios personales de las once mujeres que nos personamos en la querella argentina.

Estuvieron presentes en el taller alrededor de 30 personas.

La ponencia:

Hablamos del origen de los preventorios y de cómo, acabada la Guerra Civil, Mercedes Sanz Bachiller, junto a un compañero de Falange, ampliaron el campo de actuación respecto al gran negocio que suponía la » OBRA DE LA MADRE Y EL NIÑO» dentro del Auxilio Social. Recibiendo para ello suculentas cantidades de dinero por parte del gobierno. Los niños fueron el material para este negocio, colegios, hospicios, preventorios, reformatorios….., un material siempre a punto, dadas las condiciones de miseria del país, y el miedo, por la represión a la que se sometía a la mayor parte de la población ( perdedores) de la guerra provocada por el golpe fascista. La gran meta de Falange, aliada con Franco, era» adiestrar» a los niños convenientemente, para crear adultos, sometidos, aterrados, esclavos mudos, que sirvieran a sus intereses sin rechistar, robándoles la identidad, las raíces familiares, su propia vida emocional, todo al más puro estilo nazi. Las métodos que emplearon para ello, son los que se narran a continuación.

Entre los años 1946 y 1975 estuvo en funcionamiento el Preventorio Infantil Doctor Murillo de Guadarrama (Madrid). Esta institución dependía del Patronato Nacional Antituberculoso, organismo autónomo del Ministerio de la Gobernación. Su objetivo era facilitar a niñas de todo el país unas vacaciones (colonias preventoriales) que les permitiera estar en contacto con la naturaleza gozando de cuidados y buena alimentación. Las niñas accedían al Centro por varias vías: reclutamiento desde los colegios animadas por la propaganda de la Sección Femenina; a través de Dispensarios médicos de los barrios; por tener familiares en contacto con la enfermedad de la tuberculosis o por recomendación de los patronos de los padres o madres, entre otras. Las niñas tenían que pasar un examen médico previo, que certificara su buena salud. Obviamente, la inmensa mayoría de estas niñas procedían de familias pobres y es fácil deducir de familias republicanas, por tanto “perdedoras”. Su edad era de 5 a 13 años, incluso más. La estancia fijada en principio era para 3 meses. Muchas niñas estuvieron más de 6 meses. En ningún momento se permitía la salida al exterior, ni acompañadas de los padres durante las visitas.

El tratamiento que se dio a las internas en el Preventorio lo resumimos en los siguientes hechos:

Al llegar al Preventorio de Guadarrama eran despojadas de sus ropas y objetos personales. Se les cortaba el pelo y eran «desinfectadas».

La correspondencia estaba censurada, impidiéndoles comunicar su estado a sus padres. Las menores eran objeto de bofetadas y palizas por parte de las «cuidadoras».

Sólo estaba permitido beber dos vasos de agua al día. La comida, en mal estado, acostumbraba a ser vomitada. Las menores eran forzadas a ingerir su propio vómito.

Los pinchazos y supuestas «vacunas», que se ignora si estaban justificadas en el protocolo médico,

se producían con excesiva frecuencia, por lo que se desconoce si fueron utilizadas como conejillos de indias. No se entregaba a los padres historial de tratamientos médicos.

Eran obligadas a realizar sus necesidades biológicas en menos de diez segundos, y bajo la cuenta de las «cuidadoras». No tenían libertad individual de acudir al baño.

Las duchas pasaban por un proceso de humillación en el que todas, completamente desnudas y en fila, eran introducidas a empujones, bajo chorros de agua muy fría o muy caliente. A las más desarrolladas se las apartaba del grupo para que un individuo las fotografiara, al menos en alguna ocasión está testimoniado.

Los castigos consistían en derretir cera caliente sobre las palmas de las manos, quemar el trasero con cerillas a las que se hacían pis en la cama; aislar a las menores en cuartos oscuros durante toda la noche y amenazarlas con cualquier tipo de sometimiento si se informaba a los padres del trato recibido.

A las que caían enfermas, las ingresaban en un edificio denominado “casita” y no les permitían a los padres visitarlas.

Hay testimonios de abusos sexuales por parte del capellán y de otro individuo.

Conclusión:

Se entabló un interesante debate con gran carga emotiva. Incluso por alguna mujer se reconoció haber pasado por experiencias parecidas de niña en un centro similar, y que hasta este momento no lo había ver balizado.

Expusimos los motivos que nos han decido a personarnos en la querella argentina contra los crímenes del franquismo al considerarnos unas más de tantas miles de víctimas de la represión franquista.

RESUMEN DEL TALLER “EN LA CÁRCEL, LUCHANDO POR LA LIBERTAD”, organizado por las asociaciones La Comuna y Goldatu.

RESUMEN DEL TALLER “EN LA CÁRCEL, LUCHANDO POR LA LIBERTAD”, organizado por las asociaciones La Comuna y Goldatu.

Introducción

Así como entendamos nuestro pasado, así construiremos en el futuro. En muchos casos se trata de conocer para no repetir; en otros, en recordar para hacer justicia; en otros, en narrar para explicar un poco mejor quiénes somos y en qué mundo habitamos. El tiempo, pasado-presente-futuro, se convierte entonces en una cuestión ética y política: hay un cierto deber de memoria, como cuando Luis Puicercús recuerda en su libro sobre su estancia en las cárceles del franquismo, que desde el primer día que entró en la cárcel, se propuso tomar nota de lo que fuera viendo y lo que le fuera sucediendo, para contarlo algún día.

El elemento central que vincula el pasado de las cárceles franquistas, con el presente de la actividad de la asociación de expresos La Comuna, no es de todas formas la memoria en sí; la memoria no es el fin, sino que es un medio, un medio de resistir. Resistir es el verbo que define a los presos del franquismo y lo que define a la asociación La Comuna. La resistencia es el puente que se tiende entre el presente y el pasado.

Resistir en el pasado, resistir en la cárcel

Lo que define al preso o presa política es su capacidad asociativa y solidaria para juntar sus esfuerzos con los de otros presos políticos y resistir así a un régimen de castigo, de vigilancia y de control franquistas. El aparato de Estado franquista, y todos sus dispositivos institucionales (escuelas, universidades laborales, fábricas, cárceles, iglesias, etc.) no se dedica únicamente a reprimir. Se dedica sobre todo a disciplinar, a normalizar, a clasificar, a controlar a la población, a mantener el orden y a aislar, amputar e incluso asesinar de manera cruel a todo aquel que se salga del modelo establecido. Aunque durante el tardofranquismo el modelo social implantado se ha abierto relativamente hacia formas más capitalistas, el ideario nacionalcatólico sigue siendo predominante. Pero desde los años 60, reemergen con fuerza distintos movimientos de oposición desde la izquierda, en un espectro y con una variedad de proyectos políticos muy amplia: PC, Comisiones, maoístas, troskistas, internacionalistas, nacionalistas, etarras, anarquistas, feministas, reformistas, socialdemócratas, etc. El preso político inicia su andadura en la calle, con los delitos más frecuentes de asociación ilícita y propaganda ilegal.

Por su parte, el aparato franquista se sirve de distintos dispositivos y agentes de vigilancia, como la policía y la brigada político-social, de legitimidad jurídica, como el Tribunal de Orden Público, de tortura e interrogatorio, como la Dirección General de Seguridad, y de encierro y separación del resto del cuerpo social, como las cárceles y penales de cumplimiento. Y es aquí donde una institución social única y singular como las comunas de los presos juega un papel fundamental: las comunas son verdaderas instituciones sociales creadas al interior de otra institución como son las cárceles. Al poder o dispositivo institucional de la prisión franquista, le brota en su interior otro poder o dispositivo institucional que funciona como contra-poder, que refuerza la autonomía de los presos políticos dentro de las cárceles, y les dota de un dominio del espacio, del tiempo y de las prácticas dentro de la prisión.

Así, para analizar la lucha de los presos políticos dentro de las cárceles franquistas, hay varias líneas que interesa analizar: el espacio y la materialidad, el tiempo y la afectividad, las prácticas o formas de hacer y de decir las cosas, los distintos agentes sociales, las distintas formas del poder represivo y del deseo resistente, y las distintas formas de dar significado a la experiencia, de construirse una ética colectiva.

Espacios represivos: una serie de espacios delimitados por una construcción que es obra de un régimen fascista y represivo. Espacios del terror, como la DGS. Espacios de aislamiento, como el periodo sanitario o las celdas de castigo. Espacios provisionales, como las cárceles provinciales donde se quedaba a espera de juicio durante un tiempo indeterminado, como la cárcel de Carabanchel o la Modelo de Barcelona. Espacios penales de cumplimiento, como Segovia, Soria, Jaén, Puerto de Santa María, etc. Son espacios que cumplen una función no sólo de detención, vigilancia y castigo de presos, sino que también hacia fuera lanza un mensaje de poder. Y sobre todo, que mantienen al militante político fuera de las calles, y pretenden que cuando vuelva a ellas renuncie a su ideario, que se atenga a ser un sujeto apéndice del Estado nacional-católico-capitalista. Además, cada cárcel articula toda una distribución de los espacios dentro del espacio general de la prisión, y en esa distribución de los espacios se refleja ya la lucha de los presos contra la disciplina y el castigo penal. Por eso, podemos encontrar celdas corrientes o de castigo, garitas, centros de vigilancia, oficinas administrativas, talleres y cocinas, zonas de comunicación con familiares y abogados, duchas y baños, quizá un cine o una sala de televisión… Pero también, en el espacio de los presos políticos, podremos encontrar celdas-biblioteca o celdas-cocina o celdas-aula, el patio, los escondites para documentos, etc. En relación con todos espacios, también hay que tener en cuenta toda una materialidad conformada por una multitud de objetos en la cárcel: dinero, vino, resistencias e infiernillos, libros, periódicos, las camas, sillas y mesas, ollas, tabaco, ropa, relojes, balones, pelotas de frontón, ajedrez y cartas, y un larguísimo etcétera. Hay todo un flujo de materia y energía circulando por la cárcel, y las luchas de los presos vienen también por controlar estos flujos de objetos y de recursos materiales y energéticos. Precisamente la Comuna funciona como un centro de auto-gestión de estos objetos y materialidades, y esta administración autónoma, esta relativa independencia económica sustentada en la solidaridad de fuera, es la que permite a los presos organizarse a expensas de la dirección y administración de la cárcel.

Prácticas: prácticas específicas de los presos políticos son los plantes, las huelgas de hambre, los escritos de protesta y los actos desafiantes, los actos solidarios, los seminarios de marxismo, las charlas y debates políticos, las canciones revolucionarias, etc. De tal forma que por el control de los flujos de materia y energía, y por la utilización de los espacios de una manera diferencial a través de prácticas que ningún otro agente de la prisión practica, los presos políticos convierten el espacio en su territorio particular, todo un mundo característico del preso político.

Colectivos: el colectivo de presos políticos se definen por su capacidad para organizarse y oponerse al dispositivo disciplinario de la cárcel, y para profundizar en su formación política e ideológica. Y desde luego, dentro de este colectivo de presos políticos, encontramos muy diversas tendencias: distintas ramas del comunismo (stalinismo, maoísmo, troskismo, internacionalismo…), anarquismo, nacionalismo, reformismo… Hay que tener presente que el colectivo de los presos políticos es heterogéneo, y que también entre ellos se dan conflictos y disputas por el sentido de las prácticas y por el uso de los espacios. Aquí conviene introducir además el elemento diferencial de las presas políticas. Una presa política del franquismo sufre un doble estigma: por su militancia y disidencia política, y por su condición de mujer. En gran medida, la luchadora antifranquista no sólo desafiaba al poder fascista sino también al poder patriarcal. También los presos vascos tenían su especificidad, como nos relató Sabin Arana.

Poder y deseo: La dinámica que mueve esta lucha de los presos y presas políticos en las cárceles del franquismo contrapone un poder de aislar, vigilar, castigar, controlar y clasificar todo tipo de conductas desviadas respecto de la norma nacionalcatólica; y un deseo de diferenciarse respecto de otros presos, de gestionar la existencia en la cárcel de manera autónoma, de resistirse a esa clasificación y autodenominarse como presos políticos y de

resistir a la vigilancia y al castigo a través de la solidaridad y el apoyo mutuo. El poder franquista se articula en el dispositivo carcelario tratando de minar la personalidad de los sujetos políticos; mientras que el deseo político, solidario y comunitario de los presos viene a dar un soporte a esa personalidad, e incluso la refuerza, de ahí que en algunos casos la función de la institución penal se vea invertida y subvertida, y se hable entonces de la Universidad, y se conciba la estancia en prisión como un periodo formativo y de profundización en la militancia política.

Comuna ética: mediante la institución social genuina de las comunas, se logra trascender las diferencias políticas ideológicas, se trasciende el propio marco de la dialéctica comunista, y se construye un mundo en común, administrado por lo que ellos llamaban una “madre” de comuna, el encargado de que el almacenamiento y el reparto sea adecuado y equitativo. Hay entonces aquí una cierta figura simbólica del matriarcado, hay toda una potencialidad cooperativa basada en el apoyo mutuo y en el énfasis por la formación crítica y ética de sus miembros. Se produce así la paradoja de que la cárcel se convierta en una escuela de libertad e igualdad que va a servir de escudo frente al maltrato de los agentes del régimen represor. Resistir va por tanto más allá de un movimiento reactivo; resistir se convierte en un aprendizaje, en un intento de los presos políticos de convertirse en sujetos éticos.

Resistir en el presente: la asociación “La Comuna” y “Goldatu”

Toda esta historia de lucha y resistencia en las cárceles del franquismo llega hasta la ley de amnistía de octubre de 1977. Por el camino han muerto varios, entre ellos Puig Antich o los fusilados de septiembre del 75, y han sufrido encierro y tortura muchos. Durante la última etapa del franquismo pasan por las cárceles unos 5.000 presos políticos, la mayoría acusados de asociación ilícita y propaganda ilegal. Pero curiosamente, la última ley de amnistía llega cuando la mayoría si no todos están ya en la calle. Paralelamente, la ley supone que todos los agentes del Estado franquista, ministros, jueces, policías, funcionarios de prisiones, se vean eximidos de responsabilidad por sus crímenes. De tal forma que la tan demandada amnistía para los presos se vuelve en su contra, y se convierte en una ley de punto final y en una fuente de amnesia colectiva.

Habrá que esperar hasta finales de los años 90, con el PP en el gobierno, para que ciertos pasados como este vuelvan a hacerse públicamente presentes. La política pública de la memoria que lleva a cabo el PP, parece pretender un cierto lavado de cara de la dictadura franquista. Esto se refleja en actos públicos, en instituciones como la Fundación Francisco Franco, en libros de texto y libros de historia, en intervenciones públicas en televisión y radio, en una serie de discursos (y si lo traemos más al presente, los homenajes a Fraga, los Pío Moas, Jiménez los Santos, el diccionario de la Real Academia de la Historia…).

Por su parte, el PSOE vive en horas bajas, y le interesa jugar una baza electoralista retomando ciertas demandas sociales que nunca dejaron de estar ahí, pero que no habían tenido el espacio público suficiente como para visibilizarse. Como de la nada, emergen diversos agentes que sufrieron la represión franquista, los más llamativos, los de las fosas.

La geografía española se puede observar entonces como un mapa lleno de huellas de la violencia política y la represión. Indudablemente, las huellas más dolorosas son las de la guerra civil, y tenemos huellas o marcas territoriales como las que encontramos en el solar de Carabanchel (placas conmemorativas, carteles con los nombres de los presos allí encerrados, etc.). Pero hay huellas más recientes, todavía hoy tenemos huellas que no son las de la tierra, los huesos, los muros derribados. Son huellas en los cuerpos, huellas capaces de hablar y de narrar. Todavía hay muchos presos y presas políticos y del franquismo vivos, que pueden

recordar, narrar, actuar en el presente en relación con su pasado, y proyectar nuevas estrategias de cara al futuro.

Así que desde el 2010, la asociación La Comuna proyecta en este nombre tan simbólico una serie de capacidades que habían permanecido latentes durante largo tiempo, reuniendo de nuevo a varios de los expresos y presas del franquismo, y retomando su capacidad de lucha y resistencia, su deseo de libertad y su proyecto ético basado en la solidaridad y el apoyo mutuo. Todos sus miembros son por supuesto antifascistas y antifranquistas, y la mayoría de ellos también se consideran anticapitalistas. Denuncian además esta perversa asociación entre fascismo y capitalismo que permitió que los beneficiados políticos y económicos de la dictadura hayan seguido aumentando su nómina de ingresos durante todos los años de la democracia. Y sobretodo señalan con el dedo, cuarenta años después, a todos los policías torturadores y jueces que sustentaron el régimen legal de la dictadura, y que aplicaron una violencia social prolongada durante décadas que impidió que el tránsito hacia la democracia supusiera una verdadera ruptura con el régimen anterior.

A pesar de la distancia generacional, a pesar de las diferencias en el contexto histórico, se dan numerosos paralelismos entre el último franquismo y la época actual. El poder político y financiero establece una alianza para explotar al trabajador, para absorber su plusvalía, y a la vez camina progresivamente hacia una suspensión del Estado de derecho y el establecimiento de un régimen de vigilancia, represión, castigo y control. Por otro lado, los movimientos sociales aumentan su actividad y buscan distintas formas de contrarrestar ese poder, que es descaradamente capitalista y potencialmente fascista, mediante nuevas formas de protesta y cooperación. Y es así como en movimientos como el 15M va cobrando fuerza la idea de que la Transición fue un engaño; y esto confirma la sensación que ya en los años 70 tuvieron muchos de los presos políticos. Y por otra parte, necesariamente aparecen plataformas antirrepresivas y de desobediencia civil, y de nuevo los presos se ven en cierta forma reflejados.

La Comuna como institución social trasciende entonces los muros de la prisión, y se convierte en un movimiento asociativo abierto y solidario, que compone un imaginario social basado en el altruismo y la cooperación que aspira a convertir lo sentido en las cárceles del pasado franquista, en un sentido y un significado útil para el presente, que vaya más allá de las viejas rencillas ideológicas, y que logre integrar a todo aquel interesado en resistir, en luchar por un mundo más libre y justo donde las prisiones no tengan ya cabida, donde la política como confrontación no sea lo fundamental, sino que lo primero sea la capacidad colectiva de construir una ética de los hombres y mujeres libres.

TALLER DE COMUNICACIÓN AUDIOVISUAL: FRANQUISMO Y MEMORIA HISTÓRICA, UN GÉNERO MALDITO

18/MAYO/2013

ENCUENTRO ESTATAL APOYO A LA QUERELLA ARGENTINA

TALLER DE COMUNICACIÓN AUDIOVISUAL:

FRANQUISMO Y MEMORIA HISTÓRICA, UN GÉNERO MALDITO

En el momento de máxima asistencia, estamos presentes unas 8 personas.

Dada tan escasa asistencia de público, el taller se plantea en forma de debate sobre las dificultades con las que los realizadores o los colectivos de represaliados afrontamos la divulgación audiovisual de las obras sobre la represión franquista y falta de derechos a los que fueron sometidas sus víctimas.

La divulgación audiovisual de los crímenes del franquismo y sus efectos, por formar parte de la historia reciente de España, adolece de los mismos problemas de invisibilidad y negación por parte del entramado de impunidad construido para proteger el franquismo desde los distintos poderes.

Las obras audiovisuales que intentan retratar episodios de este periodo histórico, como cualquier audiovisual de cierta complejidad y tiempo de producción que requiere investigación, equipo humano y equipo técnico, son costosas y apenas reciben financiación. La consecuencia es un encogimiento importante de los proyectos de producción. Las imágenes de archivo adquieren un coste inalcanzable para estas producciones de bajísimo o nulo presupuesto. La Filmoteca Española actúa de facto como entidad institucional que secuestra las imágenes de archivo del franquismo y sólo las libera mediante fuertes rescates en forma de costosas tasas o precios públicos. En la práctica, esa realidad sólo permite tal rescate a los grandes grupos de comunicación, lo que se traduce en la elaboración de refuerzos periódicos de la historia oficial para su consolidación cíclica, sin aportar novedades históricas –algo que no puede pasar, por ejemplo, con la literatura- impidiendo así a los nuevos realizadores e investigadores audiovisuales la posibilidad de encontrar imágenes inéditas o de reconstruir la historia para divulgarla tal y como fue y no como la han contado desde el poder político y mediático. Algunos, incluso, opinamos que esas imágenes son de dominio público (obtenidas ilegítimamente o robadas por una dictadura) y las asociaciones memorialísticas e investigadores en sus proyectos deben usarlas en cuantas producciones se reivindique el derecho humanitario y sus principios de verdad, justicia y reparación.

Cuando, pese a todas las dificultades anteriormente descritas, se consiguen finalizar los proyectos audiovisuales sobre la represión franquista, bien como consecuencia del arrojo y tesón de sus promotores, generalmente colectivos memorialistas, o gracias a la escasa financiación recibida mediante subvenciones en aplicación de la LMH (hoy inexistentes), el panorama para exhibir o divulgar las nuevas obras es desalentador. O bien las instituciones no apoyan su difusión porque el género no les resulta grato, o bien las obras quedan relegadas al olvido porque el entramado mediático audiovisual público o privado de la comunicación española ni siquiera se plantea modificar una sola coma del retrato de nuestro pasado, rechazando todo aquel intento de modificar el NODO o las historias autocomplacientemente construidas sobre la transición. El riesgo de que mediante la fuerza de las imágenes se cuestione la historia reciente, no parece que guste

demasiado a las autoridades democráticas. Nos hurtaron y borraron el pasado y ahora ni siquiera nos dejan reconstruirlo en imágenes.

Por otra parte, el panorama ideológico de los administradores audiovisuales en España está sin fisuras escorado absolutamente hacia la derecha y la ultraderecha (ultraliberal-neocon). En ese ámbito, la comunicación audiovisual es una herramienta de influencia ideológica sometida además a las reglas del mercado que busca un beneficio económico o ideológico y, preferentemente, de ambos tipos. La MH en esos ámbitos de poder político-económico-mediático, es un “casus belli”, algo intocable o motivo de confrontación entre partes asimétricas. La comunicación desde posiciones de izquierda (salvo tímidamente en Internet) no existe y, por tanto, los imprescriptibles crímenes del franquismo no tienen difusión mediática digna de relevancia. La izquierda es débil económicamente y nula mediaticamente y, por tanto, la profesionalización en este ámbito para ofrecer calidad en nuestras producciones es una tarea casi imposible. El problema de Internet es que no permite recuperar la inversión empleada en la obra audiovisual sobre MH, con lo cual el saldo global de los proyectos de MH es generalmente deficitario y recae sobre las de por sí débiles economías de profesionales, voluntarios o colectivos de militantes que ni siquiera pueden adquirir equipo y que, cuando lo consiguen, a veces ni siquiera pueden reponerlo o reparar averías, dado su elevado coste. El crowdfunding es demasiado incierto y condiciona y retrasa proyectos protagonizados casi siempre por ancianos de muy avanzada edad.

Los audiovisuales sobre los crímenes del franquismo aún no consiguen animar la creación de programaciones temáticas sobre el género en los programas culturales de Ayuntamientos o CCAA. El miedo sigue existiendo.

Compañeros de Euskadi manifiestan que ellos SI cuentan con una alta participación de voluntarios en la producción de obras y con una mejor disposición y respuesta del público al exhibir este tipo de audiovisuales en los Ayuntamientos, ofreciéndose a acoger trabajos para su exhibición y ofertando sus obras para mostrarlas en otras ciudades. Pero se plantea la complejidad de encontrar salas culturales para ello fuera de Euskadi y el coste que piden por alquilarlas que, de asumirlo, probablemente acarrearía deudas a quienes las contratásemos. Se plantea la posibilidad de espacios como Tabacalera o quizá el Matadero, u otras alternativas a explorar.

Se plantea la posibilidad de buscar la divulgación internacional pero nuestras producciones a veces no ofrecen el nivel necesario como para ser exhibidas en tv´s o en el circuito de festivales, a consecuencia de sus bajísimos presupuestos. Por otra parte, no hay una estructura organizada para canalizar estos trabajos hacia la divulgación exterior (y si pudiera ser interior) y sería interesante dotarnos de alguna herramienta en este sentido y de la colaboración de compañeros que conozcan estos canales de difusión. El objetivo sería contar con asesoramiento, ayudas y colaboración entre nosotros para poder seguir haciendo producción y divulgación de obras audiovisuales sobre la represión franquista, sus efectos y sus luchas asociadas.

En definitiva: los audiovisuales sobre crímenes del franquismo forman parte de la epopeya general de los represaliados y corren la misma suerte de olvido, desamparo e invisibilidad que sus protagonistas.

Canal del Bajo Guadalquivir = Canal de los Presos

Canal del Bajo Guadalquivir = Canal de los Presos

Este taller fue organizado por CGT acompañando la exposición que estuvo en los pasillos del Lope de Vega sobre el Canal de los Presos.

Cecilio Gordillo, miembro del Grupo de Trabajo “Recuperando la Memoria de la Historia Social de Andalucía de CGT-Andalucía, es uno de los grandes impulsores de la recuperación de la memoria.

Este compañero relató durante una hora y media cómo, el porqué y con qué se realizó el Canal del Bajo Guadalquivir. Este proyecto ya estuvo aprobado en la dictadura de Primo de Rivera pero debido a lo costoso y complicado de la ejecución se había postergado, incluso por la República.

Realmente, este canal lo que hace es facilitar la posibilidad de la explotación agraria con regadío. Es evidente quiénes se han beneficiado de este trabajo hidráulico, los terratenientes y señoritos que eran los dueños de las tierras.

Así, cuando estalló el golpe de estado franquista y en Sevilla triunfó Queipo de Llano, todos los terratenientes que habían dado su apoyo material y personal al golpe reclamaron su parte de beneficio.

El compañero Cecilio, explicó el funcionamiento del trabajo forzado al que voluntariamente se podían acoger los presos para redimir pena. Aunque inicialmente suena extraño, los presos se apuntaban a cientos a los batallones de trabajo porque los empresarios procuraban que no fuesen las condiciones tan penosas como en la cárcel y así, además, evitaban estar en las cloacas de las cárceles donde metían a los rojos. Pero que ellos buscaran esta opción como la menos mala no evita que este uso de los presos sea como esclavos. De hecho, cuenta Cecilio, que de pequeño ha jugado en sus orillas y se ha bañado en sus aguas siendo conocido como el canal de los esclavos sin saber a qué se debía este nombre.

Gracias la posibilidad de acceder a la documentación del archivo de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir se han podido datar y reconstruir la historia de los miles de “esclavos” del franquismo que trabajaron en su construcción.

Igualmente explicó cómo las familias se desplazaban a las cercanías de los campos de trabajo para poder estar más cerca de su familiar preso. Así dio origen a las colonias que hoy son los barrios de las afueras del Sur de Sevilla.

Se identificaron varias de las empresas que se han beneficiado del trabajo forzado de los presos franquistas y que hoy siguen aún operando con otros nombres. De esta búsqueda de herederos de las empresas del franquismo saldrá su imputación.

(tengo grabada casi la totalidad de la charla por si interesa incorporarla a algún archivo sonoro)

Charo Arroyo (CGT)

EL ROBO DE NIÑOS Impunidad y silencio: un delito continuado en el tiempo

EL ROBO DE NIÑOS

Impunidad y silencio:

un delito continuado en el tiempo

Cuando la impunidad se une al silencio no existe límite para la infamia.

1. La impunidad:

Primera etapa: Represión política (durante la guerra hasta los años 50)

Este crimen tiene su origen en la guerra y en los primeros años de la dictadura, donde se promulgaron decretos que respaldaban la separación de los niños de las mujeres republicanas con una finalidad de clara represión política, bajo el amparo de delirantes teorías de naturaleza nazi como la del psiquiatra Antonio Vallejo-Nájera que propugnaba la existencia de un gen rojo, causa de taras mentales e inferioridad racial que llevaban a conductas psicópatas antisociales, por lo que era preciso la segregación desde la infancia, ya que esa inferioridad podría ser corregida en edades tempranas. Según el auto del Juez Baltasar Garzón del 18 de noviembre de 2008, fueron más de 30.000 niños los apartados de sus madres en esta etapa.

El destino de esos niños fue variado, pero muchos de ellos fueron a parar a matrimonios adeptos al régimen franquista, posiblemente a cambio de dinero o de favores. Se abre la puerta, por tanto, también a un negocio que se extenderá durante años.

Segunda etapa: Fanatismo ideológico del Nacional Catolicismo (años 50, 60 y 70)

En esta etapa, el objetivo son las familias humildes las que se convierten en víctimas de estos crímenes y donde cada vez va cobrando más fuerza, también, el móvil económico. Existe una diferencia importante con respecto a la etapa anterior. Estas familias, al contrario de las mujeres republicanas, no son conscientes de estar siendo víctimas de un robo. El medio para separar a los niños de sus madres no son ya unas Leyes que amparen el robo, sino el engaño y la manipulación a estas familias diciéndoles que su bebé había muerto. Es el momento en el que se piensa que surgen las tramas donde personal médico, administrativo y religioso, por motivos ideológicos y/o económicos, trafica con neonatos desde la seguridad del que tiene un cargo o estatus que le sitúa en una posición de poder.

Tercera etapa: Móvil económico (Finales de los años 70 hasta los años 90)

Esta situación no finalizó con la llegada de la Democracia aunque el móvil ya no parece político, ni ideológico, sino puramente económico. La estimación que se tiene es de 300.000 niños robados en la segunda y tercera etapa. Esta conducta delictiva continuó una vez terminada la dictadura por la ausencia de ruptura con una determinada estructura de poder después de la muerte del dictador. No hubo un cambio radical ni de actitudes ni de actuaciones. Determinados estamentos no fueron democratizados y los cargos que muchas personas mantuvieron durante la dictadura los siguieron manteniendo durante la Democracia, por lo que los presuntos implicados (personal sanitario, religioso y funcionario) pudieron seguir actuando año tras año.

Estas etapas no son episodios aislados de nuestra Historia reciente, sino que todas se relacionan a lo largo de una misma línea temporal cuyo hilo conductor es la impunidad en determinadas pautas criminales, y que llega hasta época muy próxima debido a la ausencia de una ruptura profunda con algunos ambientes sociales, políticos y jurídicos.

2. El silencio:

En la segunda y tercera etapa, Las familias salían del hospital en un estado de shock por la “pérdida” del hijo, junto con una terrible situación de desamparo. Hubo mujeres que nunca consiguieron hablar sobre lo ocurrido. Las que lo hicieron casi siempre fueron consideradas mujeres trastornadas que no habían podido superar la muerte del hijo. En todos los casos, estas mujeres nunca pudieron concluir su duelo y el silencio formó para siempre parte de sus vidas.

Sin embargo, el silencio de las víctimas no fue el único silencio. No es posible que se produjeran tantos casos de robos sin que nadie viera absolutamente nada. Hubo testigos, en algunos casos tuvieron que ser cómplices activos, en otras ocasiones lo fueron por omisión. El robo de niños era un rumor consistente pero mientras las familias víctimas de estos delitos vivían sin comprender qué había ocurrido, la sociedad miraba para otro lado y nadie hacía nada por evitarlo.

En cuanto a las otras familias, las receptoras, creemos que no sabrían que estaban acogiendo a un niño robado. Algunas están ahora ayudando a los niños a encontrar sus orígenes. Otras, sin embargo, no están dispuestas a hablar. Muchos niños ni siquiera conocen su situación porque fueron inscritos como hijos biológicos. Los que la saben y desean conocer de dónde proceden se encuentran con infinitud de trabas, tanto familiares (temen que sus padres adoptantes se sientan dolidos) como administrativas ya que, a pesar de tener la Ley de su parte, no consiguen avanzar1. El silencio continúa.

Reconocer que somos víctimas es reconocer que se cometió un delito y que existen culpables.

Cuando el tiempo va pasando y hace unos años se produce una avalancha de noticias en los medios sobre los casos de los niños robados, muchas víctimas reviven lo sucedido. Empiezan a aflorar sentimientos de rabia y de culpabilidad y la idea obsesiva de que se podría haber evitado el robo. Un pensamiento sin base real porque el robo se produjo bajo engaño y las familias no podían saber lo que estaba sucediendo realmente. Las preguntas sobre dónde puede estar el hijo, cómo será, qué hará, comienzan y la ansiedad por la separación y su necesidad imperiosa de saber de ese hijo que creían muerto ocupa ya toda su existencia. Una constante en las familias que buscan es pensar que su hijo, esté donde esté, puede creer que fue abandonado y esto les provoca una terrible inseguridad al imaginar que cuando lo encuentren puede no creer la verdad de lo sucedido. La angustia provocada por este pensamiento hace que se genere un miedo espantoso al anhelado reencuentro, ya que temen que si el hijo no cree lo ocurrido se separe definitivamente de ellos, o simplemente ya sea muy tarde para crear ciertos lazos. El terror a perder de nuevo al hijo es algo presente en todas las familias que buscamos.

Nuestros niños, nuestros desaparecidos vivos, fueron despojados de su identidad y de sus orígenes. Cuando deciden investigar, el miedo a lo que puedan averiguar sobre su origen, sobre por qué no se criaron con sus familias biológicas, si alguien los espera y las infinitas trabas administrativas hacen que el camino también sea para ellos muy difícil. El respeto a la intimidad, a la privacidad y al ritmo de búsqueda de una persona hacía su origen debe ser extremo. Emprender esta búsqueda no significa para todos ellos que quieran encontrar un hogar o una restitución de identidad, lo importante es que una persona que desee buscar sus orígenes tenga el derecho a saber quién es su familia biológica y los motivos de la separación de su origen. Y más adelante, podrán decidir o no el reencuentro con todo aquello que unos criminales decidieron quitarle.

El significado de una Justicia efectiva es una Justicia real y verdadera.

Lo que hizo que se tomara en consideración este crimen fue la aparición de los niños que ahora, ya adultos, empezaban a buscar a sus familias biológicas. Estos niños averiguaban que habían sido comprados porque sus padres así lo confesaban en su lecho de muerte. La mayoría habían sido inscritos como hijos biológicos. En 2010 hubo infinidad de casos que salieron a la luz y cientos de denuncias se pusieron pero, bien por falta de pruebas documentales, bien por considerar que no había indicio de delito o bien por prescripción, se fueron archivando una tras otra.

Sin embargo, en abril de 2012 se imputó a sor María Gómez Valbuena por su supuesta implicación en el robo de Pilar Alcalde, hija de María Luisa Torres2 . Este caso fue todo un símbolo pero sufrió el archivo provisional tras la muerte de la monja. Es conocido que actualmente en nuestra Comunidad hay imputados por otros casos pero las asociaciones no conseguimos que el Estado nos informe adecuadamente sobre el número de denuncias que se han presentado en total, cuántas han sido archivadas, cuántas diligencias hay abiertas, cuántos imputados hay en todo el país La desinformación se presenta como una estrategia más contra las víctimas.

De las reuniones que se han realizado entre el Ministerio de Justicia y las asociaciones han resultado medidas que no responden a lo que las víctimas esperaban. Por un lado, las iniciativas del Ministerio tienden a tratar estos delitos como casos familiares individuales con una clara intención de anular el activo y fuerte asociacionismo que esta causa desarrolla; por otro lado, estás medidas únicamente están relacionadas con la vía administrativa sin contemplar consecuencias judiciales3.

La Circular de la Fiscalía General del Estado del 26 de diciembre de 20124 abría una vía interesante pero después de haber pasado varios meses se ha podido comprobar que no todas las Fiscalías Provinciales asumen su cumplimiento y las Audiencias Provinciales actúan sin un criterio uniforme, por lo que el archivo de denuncias se sigue produciendo, los niños continúan desaparecidos y nadie está en la cárcel pagando por estos delitos.

Cuando el futuro es algo más que una esperanza

La Justicia española no ha abierto en ningún momento una investigación general. Lo que hay en algunos Juzgados son unos pocos casos que se están examinando como hechos aislados porque no consideran que sigan patrones comunes ni que se hubieran producido de manera masiva, generalizada, cuando todos sabemos que esto se produjo justo al contrario: décadas de robos que seguían patrones comunes y que se producían de forma sistemática, donde necesariamente para poder producirse debía estar implicado personal de las instituciones del Estado. Tanto el Ministerio como la Fiscalía desvinculan estos delitos de los crímenes del Franquismo. Nosotros creemos que sí existe esta vinculación y por eso participamos en la Querella argentina.

La Verdad nos sigue pareciendo imprescindible pero ya no es suficiente. La Justicia se presenta como una necesidad imperiosa contra la impunidad de los que actuaron de forma criminal y todavía hoy se saben intocables. Realmente, ¿acaso se puede obtener la Verdad si no es a través de la Justicia? Tan solo investigando y poniendo en práctica una Justicia efectiva se podrá conseguir encontrar la única Verdad posible, aquella con la que miles de ciudadanos españoles puedan conocer por fin su auténtica identidad, aquella verdad que nos ayude a buscarlos, aquella que nos guíe en el reencuentro. Tenemos toda la vida por delante para conseguirlo.

Soledad Luque Delgado. Presidenta de la Asociación “Todos los niños robados son también mis niños”.

En representación de las asociaciones participantes en la querella argentina.

(Documento presentado al Consulado argentino en Madrid)1

Habida cuenta de la notificación de 11 de abril de 2013 que hemos recibido del Juzgado Nacional Federal en lo Criminal y Correccional Nº1, a cargo de la doctora María Romilda Servini de Cubría, a través de nuestros abogados, doctores Máximo Castex y Ricardo Huñis, en Buenos Aires, y Carlos Slepoy y Ana Messuti, en Madrid, en la que se resuelve recibir nuestra declaración testimonial en la causa “NN s/ genocidio…”nos presentamos al Consulado argentino en Madrid, en la fecha y hora indicada.

La ansiedad y las expectativas que han supuesto para nosotros presentarnos como testimonios en esta causa son indescriptibles. Sin embargo, estábamos dispuestos a hacerlo, superando los aspectos más dolorosos e imbuidos de enorme entusiasmo. Decenas de años hemos esperado a que un Tribunal de justicia nos escuche.

En muchas ocasiones se ofrece apoyo psicológico a las víctimas de este tipo de crímenes a la hora de prestar declaración… En esta ocasión, ni siquiera se nos ha notificado que se aplazarían nuestras declaraciones. Nuestros abogados no han recibido ninguna notificación oficial a ese respecto.

Vemos, una vez más, vulnerados nuestros derechos como víctimas. Una vez más se violan las normas internacionales que establecen la necesidad de protegernos.

Nos remitimos, para no citar más que una, a la “Declaración sobre los principios fundamentales de justicia para las víctimas de delitos y del abuso de poder”, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su resolución 40/34 de 29 de noviembre de 1985. Dice: “Se facilitará la adecuación de los procedimientos judiciales y administrativos a las necesidades de las víctimas (párrafo 6); en el apartado d) de dicho párrafo dice: “Adoptando medidas para minimizar las molestias causadas a las víctimas…”, y en el apartado e): “Evitando demoras innecesarias en las resolución de las causas…”.

Innecesario es describir todas las molestias que nos ha causado desplazarnos de otras ciudades, solicitar permisos en el trabajo, sin referirnos al costo emotivo ya referido, que supone la preparación para este tipo de declaraciones, agravado considerablemente por su frustración.
1 Se registro en el consulado, firmado por Pablo Mayoral, Merçona Puig y Fausto Canales, querellantes citados por la jueza Servini de Cubría el día 25.04.2013